Somos ante todo seres sociales. Por mucho que queramos mantenernos al margen, estamos rodeados de personas, que sienten, piensan y actúan en función de unos valores y creencias muy diferentes o similar es a las nuestras. Por esto, las relaciones con los demás a veces no son sencillas. Por muy bien que conozcamos al otro, siempre hay algo que nos sorprende, algo que nos desmonta los esquemas que teníamos sobre él. Ser diferentes es enriquecedor, pero a veces también resulta confuso. Depositamos en los demás parte de nosotros mismos esperando que ellos nos respondan con la misma buena intención que nosotros tenemos, pero muchas de las veces no sucede así. El amigo nos traiciona y eso nos hace sentir mal. Entonces recurrimos a expresiones como estas, tratando de explicarnos lo sucedido: *Es que hubieron malentendidos *No nos entendíamos *Nunca fue sincero conmigo *Es un hipócrita o sólo piensa en él. En el fondo de todas estas autoexplicaciones que nos damos