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Mostrando entradas de 2021

Una piedra

    El distraído tropezó con ella. El violento la utilizó como proyectil. El emprendedor construyó con ella. El campesino, cansado, se sentó en ella. Para los niños fue un juguete. David mató a Goliat con ella. Miguel Ángel hizo con ella la más bella escultura. En todos los casos la diferencia no estuvo en la piedra sino en la persona. No existe piedra en tu camino que no puedas aprovechar para tu propio crecimiento.

El CAJÓN DE MI ABUELA

      Colaboración de Isabel Martín Sánchez. El CAJÓN DE MI ABUELA.   La casa de mi abuela era un sitio especial, tan especial como ella misma.   Yo solo tenía una casa de mi abuela, la de mis abuelos y su numerosa familia, la otra era mi propia casa.   Tuve la suerte de vivir con una abuela que fue compañera y guía y disfrutar de otra que era luz. Un día hablaré de mi abuelo, el único que conocí y el primero que me hizo experimentar el profundo dolor que supuso su ausencia.   Había un cajón en el aparador de mi abuela que era distinto a los demás, no por su apariencia, si no por su contenido. Era ese espacio que todos tenemos para depositar pequeños objetos fuera de uso de los que no nos queremos desprender; cadenas rotas, llaveros con propagandas, llaves que ya no abren nada, un bolígrafo que dejó de pintar, tarjetas, fotos, una entrada de cine usada... Objetos varios que una vez fueron necesarios y muy queridos, que cayeron en desuso, esos de los que un día te acuerdas, vuelves a bu

Nos daña lo que permitimos que nos dañe

    Historia compartida en LinkedIn por Jorge Inda: "Cuando Mahatma Gandhi estudiaba Derecho en Londres, un profesor de apellido Peters le tenía mala voluntad....pero, el alumno Gandhi nunca le bajó la cabeza y eran muy comunes sus encuentros. Un día Peters estaba almorzando en el comedor de la Universidad y Gandhi venía con su bandeja y se sentó a su lado. El profesor muy altanero, le dice: "Estudiante Gandhi, ¡¡ usted no entiende !! Un puerco y un pájaro, no se sientan a comer juntos". Gandhi le contesta: -¡Esté usted tranquilo profesor, yo me voy volando!" y se cambió de mesa. El profesor Peters lleno de rabia, porque entendió que el estudiante le había llamado PUERCO, decidió vengarse con el próximo examen...Pero el alumno respondió con brillantez a todas las preguntas. Entonces el

Cambios en la madurez

  Recogemos hoy un pensamiento, en realidad de autor desconocido, pero que recoge en su espacio LinKedIn Jorge Inda y me ha parecido tan evocador que no puedo dejar de compartirlo con los lectores de este blog. Dice así: "Le pregunté a uno de mis amigos que ha cruzado los 55 años y se dirige a los 60. ¿Qué tipo de cambio está sintiendo? Y me envió las siguientes líneas muy interesantes que me gustaría compartir con todos ustedes: 1 Después de amar a mis padres, mis hermanos, mi cónyuge, mis hijos, mis amigos, ahora he comenzado a amarme a mí mismo. 2 Me acabo de dar cuenta que no soy "Atlas". El mundo no descansa sobre mis hombros. 3 Ahora dejé de negociar con vendedores de frutas y verduras. Después de todo, unos pocos pesos no van a hacer un agujero en mi bolsillo, pero podrían ayudar al pobre hombre a ahorrar para las cuotas escolares de su hija. 4 Pago al taxista sin esperar el cambio. El dinero extra podría traer una sonrisa a su rostro. Después de todo él es

Llegó a la orilla para contemplar el mar

    Colaboración de Isabel Martín Sánchez:   Llegó a la orilla para contemplar el mar, puesta la vista en el horizonte y el corazón latiendo con fuerza. Sus pies se hundían en la arena mojada.    Se sentó donde vienen a morir las olas y dejó que fueran sus pensamientos quienes la mecieran al ritmo de la marea, al son de la vida.   Allí, el romper del agua sobre su regazo, le hacía sentir viva, tan viva como el mar avanzando lentamente en su camino a la pleamar.   La mirada perdida en el horizonte, los ojos inundados de amargura con sabor a sal, vertiendo su tristeza sobre un cuerpo empapado en espuma de marejada.   Se sintió pequeña ante aquella inmensidad. No podía detener el avance de ese inexorable devenir de la marea, que bajo el influjo mágico de la luna; a la luz del sol o bajo el brillo de las estrellas, seguía incansable su camino.   No, no podía evitar ese avance, ni la actitud impasible, indolente e intolerable que la envolvía como una espesa niebla que le impedía pensar con

Esperó... Esperó y esperó

Colaboración de nuestra amiga Isabel Martín Sánchez.   Esperó... Esperó y esperó en vano mientras se iba rompiendo poco a poco, vestida de juicios, con perfume de vacío. Ante sus ojos se abría un abismo insondable, tan insondable como el silencio de las marionetas; tan ciegas, tan sordas, tan mudas ¡Tan manipulables! Lentamente se fue ahogando en el mar de la indiferencia. Los acontecimientos se clavaban en el alma como un cuchillo de acero, haciendo que se quebrara como el más fino cristal. De repente todo había adquirido sentido; tanto esfuerzo, tanto desgaste, tanto... Sólo sirvió para alimentar el ego de los que no saben mirar hacia dentro. Rota en mil pedazos fue recogiéndolos uno a uno, con paciencia infinita los fue pegando, los reforzó para hacerlos más resistentes, dejó sin maquillar las líneas que mostraban sus heridas, ellas le recordarían el precio que había pagado, luego, erguida, fue cortando uno por uno los hilos que la unian a esas marionetas en las que un día creyó. No

Fábula que justifica la no discusión. El burro, el tigre y el león

    El burro le dijo al tigre: - "El pasto es azul".   El tigre respondió: - "No, el pasto es verde".   La discusión subió de tono y los dos decidieron someterlo a arbitraje, para ello pusieron la cuestión en manos del león, el Rey de la Selva.   Antes de llegar al claro del bosque, donde el león estaba sentado en su trono, el burro empezó a gritar: - "Su Alteza, ¿es cierto que el pasto es azul?".   El león respondió: - "Cierto, el pasto es azul".   El burro se apresuró y continuó: - "El tigre no está de acuerdo conmigo, me contradice y molesta, por favor, castígalo".   El rey entonces declaró: - "El tigre será castigado con 5 años de silencio".   El burro saltó alegremente y siguió su camino, contento y repitiendo: - “El pasto es azul”, “El pasto es azul” ...   El tigre aceptó su castigo, pero antes le preguntó al león: - "Su Majestad, ¿por qué me ha castigado?, después de todo, el pasto es verde".   El león respond

La condena de una sociedad

  Hace unos 70 años una mujer habló como si estuviese en España en pleno 2021. El día 2 de Febrero de 1905 nace en San Petersburgo Alissa Zinovivezna, filósofa y escritora que utilizó el seudónimo de Ayn Rand. Fallece en Marzo de 1982 en Nueva York. Sus palabras, pronunciadas en 1950, son más que oportunas. Fueron estas: " Cuando adviertas que para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada; cuando compruebes que el dinero fluye hacia quienes no trafican con bienes, sino con favores; cuando percibas que muchos se hacen ricos por el soborno y por influencias más que por su trabajo; y que las leyes no te protegen contra ellos sono, por el contrario, son ellos los que están protegidos contra tí; cuando descubras que la corrupción es recompensada y la honradez se convierte en un auto-sacrificio, entonces podrás afirmar, sin temor a equivocarte, que tu sociedad está condenada".