Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Acoso

Salmo 14 del rey David

  El Salmo 14 del rey David, que está gra bado en una de las puertas del Ayuntamiento de Sevilla, bien podía servir de ejemplo a lo que debe ser una buena persona; para que lo tengan en cuenta los funcionarios públicos, los jueces y demás servidores de los ciudadanos; y los propios ciudadanos, para que se sepa qué es la bondad y el honor y no se olvide.  La puerta es esta, donde a los versos acompaña el símbolo del imperio con el toison de oro, así como el escudo de la ciudad de Sevilla, que pone como ejemplo a seguir estas letras, eso sí en latín, habría que traducirlas. Sirva esta contribución a la causa:   Domine quis habitabit in tabernaculo tuo aut quis requiescet in monte sancto tuo qui ingreditur sine macula et operatur iustitiam qui loquitur veritatem in corde suo qui non egit dolum in lingua sua nec fecit proximo suo malum et obprobrium non accepit adversus proximos suos ad nihilum deductus est in conspectu eius malignus timentes autem Dominum glorificat qui iurat

Decía Pitigrilli...

Pitigrilli : "Los funcionarios son los empleados que el ciudadano paga para ser la víctima de su insolente vejación." El acoso laboral es un tema fortísimo, muy importante y muy comprometido. Sucede que en realidad no hay verdadera voluntad de acabar con él, y rara es la institución que se salva de no padecer o haber fomentado en alguna ocasión estos comportamientos hostiles y delictivos.  De verdad, es muy difícil luchar contra esto, no hay recursos suficientes, hacen falta testigos y en la gran mayoría de los casos éstos desaparecen como si no existieran, se cambian de acera simplemente porque el acosador es "más fuerte", no más fuerte, sino más malo; para enfrentarse judicialmente hacen falta muchas pruebas y muchos testigos; el coste moral y psicológico es grandísimo y hay que valorar si realmente va a merecer la pena enfrentarse a un proceso judicial, en el que la mayoría de los abogados consultados aconsejarán que no se asegura el éxito y que e

La tortuga y la liebre

      En el mundo de los animales vivía una liebre muy orgullosa, porque ante todos decía que era la más veloz. Por eso, constantemente se reía de la lenta tortuga. -¡Miren la tortuga! ¡Eh, tortuga, no corras tanto que te vas a cansar de ir tan de prisa! -decía la liebre riéndose de la tortuga. Un día, conversando entre ellas, a la tortuga se le ocurrió de pronto hacerle una rara apuesta a la liebre. -Estoy segura de poder ganarte una carrera -le dijo. -¿A mí? -preguntó, asombrada, la liebre. -Pues sí, a ti. Pongamos nuestra apuesta en aquella piedra y veamos quién gana la carrera. La liebre, muy divertida, aceptó. Todos los animales se reunieron para presenciar la carrera. Se señaló cuál iba a ser el camino y la llegada. Una vez estuvo listo, comenzó la carrera entre grandes aplausos. Confiada en su ligereza, la liebre dejó partir a la tortuga y se quedó remoloneando. ¡Vaya si le sobraba el tiempo para ganarle a tan lerda criatura! Luego, empezó a

Si alguien habla mal de ti...

El que me coacciona...

El que me coacciona pretende hacerlo porque sus razones son fuertes; pero realmente lo hace porque son débiles. William Godwin