Reunidos el maestro y los discípulos, uno de ellos preguntó:
- “Maestro, existe alguna forma de medir el desarrollo espiritual de una persona”.
El maestro respondió:
- “El desarrollo espiritual de una persona no se puede medir, no es comparable a nada, pero hay muchas formas de conocerlo”.
Un discípulo dijo:
- “Si no se puede medir, díganos tan sólo una forma de conocerlo”.
El maestro añadió:
- “Es fácil, tan sólo estudia cuántas veces al día pierde una persona su tranquilidad y se altera“.