Gabriel Ariza <gariza@infovaticana.com> difunde este texto intitulado como:
La Iglesia en las periferias, como nos pide el Papa
en Vie 01/12/2017, 20:36
En las periferias del planeta, en este caso, y de la mano del propio
Pontífice, en visita apostólica a un país nunca hollado por un Papa, ni
siquiera por el Papa Viajero, Juan Pablo II: Myanmar, la antigua
Birmania.
Infovaticana ha hecho un seguimiento exhaustivo del viaje, a cuyos
puntos más señalados ha dedicado nueve noticias, y que ha estado marcado
por la expectación en torno a una preocupación de Francisco que ya
expresara hace meses en San Pedro: el destino de los Rohinyá (o
Rohingya) una minoría musulmana perseguida y discriminada por la mayoría
budista.
Hemos querido saber más de estos Rohinyá súbitamente convertidos en centro de interés mundial, topándonos con una historia bastante más compleja que
la de una simple minoría inustamente maltratada. Los musulmanes de
Rajín han sido, sí, víctimas, pero también verdugos de poblados budistas
de la región; son atacados, es cierto, pero también atacan.
Son, en fin, una de las incontables minorías perseguidas en el mundo, de
las que solo en la propia Birmania existen varias decenas, entre ellas
algunas con fieles católicos como los Kachin, Karen, Chin o Shan.
Pero el Papa, si bien en su primer discurso ante la premio Nobel de la
Paz y virtual primera ministra de Myanmar, Aung San Suu Kyi, optó por no
citar a los Rohingya y referirse en general a las minorías perseguidas,
los tuvo por verdadero eje de su viaje.
El Papa llamó a la comunidad internacional a tomar medidas ante la crisis de los rohinyás y se reunió con 16 refugiados rohingya en Bangladés; pero también pidió a líderes religiosos en Birmania construir “la paz y la unidad en la diferencia”; espresó su deseo de que el futuro de Myanmar sea la paz; les dijo a los obispos birmanos que “estamos llamados a ser una ‘Iglesia en salida” y, a un grupo de ordenandos, que“habéis sido escogidos de entre los hombres y puestos al servicio de ellos en las cosas de Dios”.
Pero Birmania no es la única periferia de la que nos hemos ocupado esta
semana, igual que no todos los grupos musulmanes son minorías
perseguidas, sino que hay sitios donde son todo lo contrario,
perseguidores.
Lo son en Oriente Medio, por ejemplo, con comunidades cristianas que
llevan allí bajo dominio musulmán desde los inicios del cristianismo, y
que ahora están desapareciendo, como los caldeos. Su arzobispo de Erbil
-capital de la región autónoma del Kurdistán iraquí- ha celebrado esta
semana en Estados Unidos una misa por las víctimas del ISIS.
El
Islam, como las periferias, llegan a Occidente, y así ha sido noticia
esta semana que en un colegio de Londres el temario recoge la
aseveración de que “el hombre puede pegar legítimamente a su mujer”,
no hay que irse al territorio dominado por el ISIS para leer cosas así.
Están ya en nuestras capitales más avanzadas y emblemáticas.
Ha sido también la semana de la disputa por el tesoro de Sijena entre la Cataluña y Aragón,
en un momento más que delicado, una disputa en la que apenas se le ha
dado voz a una instancia que tenía y tiene mucho que decir con respecto a
estas joyas culturales: la Iglesia.
Y, naturalmente, se acerca la Navidad y con ella las habituales blasfemias y provocaciones a los creyentes por parte de los niños mimados de la cultura dominante.
Tal
vez, quién sabe, todo es posible, todo esto sea indicio de que el fin
está cerca. No lo descarta el Cardenal Edmundo Burke en una entrevista
que recoge Infovaticana y en la que repasa las divisiones en la Iglesia,
el silencio de la Santa Sede ante las Dubia y la confusión doctrinal,
concluyendo que quizá “hayamos llegado al Fin de los Tiempos”.
Así concluye la semana
Un fuerte abrazo
Gabriel Ariza Rossy
Infovaticana SL |