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El propósito de la vida

  El propósito de nuestra vida es y debe ser hacer el bien, si nos movemos así, estaremos haciendonos bien a nosotros mismos aunque aparentemente no nos lo parezca o no lo podamos creer del todo. Hacer el bien es propagar energía y la energía tiene efecto bumerang. No solo revierte de nuevo en nosotros, sino que vamos escalando posiciones en el camino que tenemos destinado a seguir.

La razón y la pasión son

  Dijo Khalil Gibram que: " La razón y la pasión son el timón y la vela de nuestro alma navegante ".

“El secreto de la felicidad es la libertad. El secreto de la libertad es el coraje”

La libertad es la capacidad de actuar conforme a los dictados que tú mismo te propones, sin dejar lugar a interferencias; es capacidad de actuar conforme a lo que nos diga nuestro raciocinio, es actuar de acuerdo con nuestro propio yo, nuestro verdadero ser, nuestros valores propios y universales, capacidad de respuesta a la verdad, al bien, al valor, a la integridad… Todo esto está condicionado porque el humano fundamentalmente es un ser social, vive en sociedad y por tanto ha de ajustarse a unos condicionamientos que lo limitan. La libertad individual termina en el mismo punto donde empieza la del prójimo, hay que contemporizar, recortar derechos, recortar libertades en función del bien social. Recortes que el sujeto puede hacer conscientemente, pero también de forma inconsciente, el individuo está condicionado por su ser social y se ha de atener a las reglas del juego social. Lo que lleva implícito una pérdicd

La gente puede odiarte...

La gente puede odiarte, limitarte, sacudirte y romperte; pero cuán fuerte te mantengas es lo que te hace a ti.

No vemos las cosas ...

No vemos las cosas como son. Vemos las cosas como somos. (Henry Ward Beecher)

Si dices la verdad ...

Si dices la verdad no tienes que recordar nada. (Mark Twain)

Quédate con alguien que ...

Quédate con alguien que sabe lo que tiene cuando te tiene.

No te desanimes...

No te desanimes. Casi siempre es la última llave del llavero la que abre la cerradura.

Podemos evadir la realidad...

Podemos evadir la realidad, pero no podemos eludir las consecuencias de evadir la realidad.