Isabel Martín Sánchez dixit:
Y así... como quien no quiere la cosa... lentamente... se van sanando
las heridas. Se toma conciencia de que no todo vale ni es para siempre,
que se puede elegir a quien dejar entrar en tu corazón, pero no a quién
te dé paso en el suyo; que no se da segundas oportunidades a quien no
apreció la primera; que las cosas son como son y no como quisiéramos que
fuesen; que nuestro camino, nuestra historia, nuestras experiencias...
son solo nuestras y solo nosotros podemos juzgarla; que
no podemos ni cambiar, ni maquillar, ni olvidar lo que nos hizo daño,
porque eso deja la puerta abierta a repetir y el palo que golpea una vez
puede hacerlo hasta romperse; que una acción vale más que mil palabras y
una actitud más que una acción; que la verdad no mancha los labios de
quién la defiende sino la conciencia de quién la oculta; que hay gente
que merece la pena y otras que ni pena merecen; que vibrar alto es
hacerlo desde el amor; que la ira, la rabia, el rencor... bajan tu
frecuencia y te iguala con los peores demonios; que vivir en armonía no
es hacerlo en sometimiento pero si alejándose de lo que altera; que la
venganza no es el fin; que la paciencia abre caminos y lo importante de
esos caminos son las huellas que lo marcan; que no es lo que tienes, es
lo que vales.
Que "yo soy" es nuestra auténtica realidad y nuestra unica razón.
Que "perdonar" es soltar y aprender de aquellos que nos frustraron para enseñarnos a protegernos.
Que "querer" es el sentimiento más noble y "agradecer" la mejor oración.
Que el camino a la felicidad es el que uno traza, sin interferencias ni estereotipos.
Que la mayor enseñanza es la experiencia que te da la vida.
Que "yo soy", "yo perdono", "yo quiero", "yo agradezco", lo resume
todo, pero se hace imprescindible un "yo me cuido", perdonando,
agradeciendo, queriendo... pero sin dejar de ser uno mismo.
Isabel